miércoles, 24 de octubre de 2012

Me voy a desahogar. Sinceridad 100%

He decidido dejar de callarme y contaros todo lo que me ha pasado desde la última vez que escribí.

En mi primer jueves (la noche del novato) me obligaron a:

1º) Hacer un calvo y dejar que me golpeasen con un zapato. Duele.
2º) Hacer lo mismo pero en la valla de la facultad de medicina
3º) Saltar y caer de espaldas, con dolor de codos los siguientes días
4º) Pegarle una bofetada a un veterano, lo que hizo que éste me la devolviera el triple de fuerte y que me pitara el oído durante los siguientes 2 minutos, además de herir mi orgullo y hacerme sentir impotente.
5º) Beber más de lo que yo quería, hasta el punto de que me empecé a encontrar mal y tuve que volver antes a casa, perdiendo la oportunidad de entrar a la discoteca por cuya entrada pagué 10 €, por no hablar de que acabé vomitando en el taxi volviendo al Colegio Mayor y tuve que pagarle al taxista 50 € extra por la molestia. Muchos me dicen que les reclame para que me devuelvan el dinero (a los veteranos) pero como soy bajito y soy un novato de primer año, como sé que nadie me va hacer ni puto caso, me lo ahorro.
6º) Me obligaron a ser lo que yo no soy: un cobarde que teme que varias personas de mucha altura y corpulencia me intimiden.

Esa misma noche decidí con quiénes no volvería a salir. Es duro de creer y hasta doloroso, pero  mi experiencia aquí me ha demostrado que ser amigo de todo el mundo es imposible, y más cuando algunos te lo ponen difícil.

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Mucha gente considera que voy de chulo, pero la verdad es que prefiero que piensen lo que quieran, solo quiero ser yo mismo y no someterme a la frase "Es que las cosas son así". Los que leéis esto y sabéis a quién me refiero: las cosas NO son así. Gente como vosotros las habéis hecho así, cosa que no me incluye y en lo que no pienso participar.

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Hubo un día en el que por poco me meto en un lío bien gordo, cuando, tras oír un comentario satírico sobre mi chica y yo saliendo de la boca de un veterano, en un arrebato de ira le lancé un trozo de pan a la cara y le obligué a que se callara, ya que no tenía derecho a mencionarla. ¿Que si me siento orgulloso? No, no estuvo bien lo que hice, no es normal, pero volvería a hacerlo. No mandaría a callar a la gente si al menos ésta pensara antes de hablar. Tengo un límite de humor y más respecto a la humillación, ya que llevo años acumulando paciencia respecto a burlas y gente hablando a mis espaldas. Sigo pensando que es una lástima que hoy en día la palabra "friki" se considere despectiva, cuando simplemente significa "fanático de". Pues buenos frikis del fútbol que sois todos y nunca he dicho nada, qué queréis que os diga, llamadme como queráis.

Esta misma persona sobre la que descargué mi ira me amenazó con una expresión que pensé que ya no se usaba: "reventarte a hostias". Todo esto incluso cuando fui a disculparme, que me respondió empujándome hacia atrás. Sinceramente, cosas como esta son las que me quitan las ganas de bajar al comedor, y no es solo por cobardía, sino por incomodidad. Gente que me echa de la mesa porque no me sé unos cuantos motes. ¿Hasta dónde llegaremos?

Quiero que quede claro que, aunque muchos consideren cobarde el hecho de que todo esto lo estoy contando por escrito en lugar de contarlo a la cara, no quiere decir que no vaya a hacerlo alguna vez. Todo lo que escribo aquí lo hago para que mis contactos en Murcia vean cómo estoy y cómo me siento.

Y ahora es cuando creeréis que deseo volver a casa: pues no.
De alguna manera pienso que, en el fondo, puedo hacer algún que otro cambio, no pensé que hubiese gente que llegara a verme como algo "revolucionario" ni "innovador" ni nada por el estilo y si no lo consigo, al menos conseguiré hacer lo que me propuse hace varios años cuando oí una frase que decidí tomar por ejemplo:

"Yo lo único que quería era cambiar el mundo. Ahora, lo que quiero, es que el mundo no me cambie a mí".

No voy a huir, porque siento que hay cosas que tengo que acabar, y nada se me va a interponer.


Y por último, me he acostumbrado a que, cuando saludo a la gente, en vez de decirme "Hola", me dice "¿Cuándo vas a subir un nuevo vídeo?". Interesados por todas partes. Lo más gracioso de todo es que muchos no conocéis este blog, lo cual me deprime aún más, porque solo os interesa el contenido multimedia en lugar de molestaros en leer. Por ese mismo motivo he pegado el cartel en el comedor con la dirección URL, para que veáis cómo me siento cada vez que, entre gritos y petardazos, alguien llama a mi puerta para que salga.

Mi nombre es Ignacio Martínez Pagán, Nacho para los amigos, Targaryen para los que siguen tradiciones.