Día de supervivencia número 48: el búnker.

En eso se convirtió mi cuarto anoche cuando casi echan la puerta abajo. Las palabras aún retumban en mi cabeza. Duodécimo mandamiento: nunca abrirás la puerta a una muchedumbre gritando. Cumplido.

* sonido de folio deslizándose por debajo de la puerta, apartando la toalla que uso para evitar que vean la luz desde fuera.

-¡¡¡¡¡ESTE SE CREE QUE SOMOS TONTOS!!!!! ¡¡¡¡ABRE LA PUERTA YA, GILIPOLLAAAAAAAAAAAAAS!!!! 
-TARGARYEN ABRE LA PUERTA HOSTIAS QUE NO VAMOS A HACERTE NADA!! 
-JODER ME CAGO EN LA PUTA ABRE LA PUERTA!!!!! 

  *Sonido de golpes y patadas a la puerta

-JODER TÍO LA PRÓXIMA VEZ TRAEROS UNA MAESTRA, TÍO. 
-Ya ves, hay hasta una maquina que le pasas la tarjeta y te dice qué puertas puedes abrir con esa llave... 

Mientras, en mi cuarto, entre susurros...

- ¿Qué significa eso que acaban de decir?
- Creo que le robaron las llaves de la 2ª y 5ª planta a las limpiadoras.
- ¿Cómo coño es eso posible?

Y, volviendo a fuera...

- Chss, pásame el mechero tío.

Dentro...


*EXPLOSIÓN

-¡¡JODER, HAN METIDO UN PETARDO BAJO LA PUERTA!!  ¿Pero qué ocurre hoy?
- Es un cumpleaños, hay una fiesta en una habitación.
- Me cago en la puta... la habitación apesta a pólvora.


DESPUÉS DE ESTO, A VER QUIÉN TIENE LOS SANTOS COJONES DE LLAMARME ANTISOCIAL, CUANDO SI ME ENCIERRO EN MI CUARTO ES PORQUE TEMO POR MI VIDA.

Y, por cierto, ni estoy sordo ni salto de ventana en ventana para escapar de vosotros.